Las vacas de desecho no son simples “vacas flacas”. Representan entre 15 % y 25 % de los ingresos anuales en establos, pero la mayoría se venden sin estrategia y pierden hasta 30 % de su valor. Planificar su salida, engorda final y trazabilidad puede convertirlas en un activo rentable. En la ganadería mexicana, el descarte bien manejado paga más de lo que parece.